Cómo la alimentación consciente puede potenciar el pensamiento creativo
16/02/2024 2024-02-16 10:36Cómo la alimentación consciente puede potenciar el pensamiento creativo
Los emprendedores siempre están buscando la forma de reducir la cantidad de decisiones que tienen que tomar, y así ahorrar espacio mental para las “cosas importantes”. Por ejemplo, algunos líderes de pensamiento reducen su guardarropa a un estilo básico (como Steve Jobs), mientras que otros optimizan (y no necesariamente de manera saludable) comiendo lo mismo todos los días.
Una opción novedosa creada bajo este principio de eficiencia fue la que ofreció una empresa en San Francisco al comercializar, en 2013 un producto llamado Soylent. Cansado de desperdiciar dinero y energía en comida Rob Rhinehart, uno de sus fundadores, inventó un “lodo superalimenticio” destinado a suministrar al cuerpo los nutrientes esenciales, una mezcla de maltodextrina, aminoácidos, fibra, aceite de oliva y otros ingredientes. Según un periodista de Wired, se parecía a la mezcla para hacer hotcakes y sabía a tiza.
Después de leer ese artículo, pude entender por qué el concepto podría ser considerado potencialmente distópico (su inspiración para el nombre fue una película de 1973 en la que la gente se ven obligada a consumir cadáveres humanos procesados), pero Soylent todavía existe. La empresa, ahora con sede en Los Ángeles, sigue creciendo e innovando (ahora ofrece opciones más ricas, sabor fresa y chocolate). Su éxito se basa en el supuesto de que, cuando se trata de comer, los profesionales ocupados optarán por lo más simple.
Soy un gran defensor de simplificar tantas tareas como sea posible. Y aunque ocasionalmente tomo un licuado que reemplaza el almuerzo, no estoy convencido de comprar la comida en la calle. Afortunadamente, para los emprendedores amantes de la comida, nuestra creatividad puede verse beneficiada al pensar más en qué y cómo comer, y diversificar nuestra alimentación.
Ingredientes para motivar la creatividad
Como algo que contrarresta la practicidad alimentaria al estilo de Rhinehart, en 2021 un grupo de investigadores y académicos se dio a la tarea de analizar la literatura científica y académica disponible relacionada con este tema. Encontraron evidencia que sugiere que las personas que ven la comida simplemente como combustible se pierden de los beneficios creativos de comer de manera más consciente. Dicen que estimular nuestros múltiples sentidos durante una comida (gusto, olfato, tacto, etc.) puede motivar el pensamiento creativo de diversas formas, y pusieron como ejemplo la experiencia de tomar vino; aquellos que lo disfrutan piensan en el sabor, el olor, el color y la sensación en la boca, y podrían encontrar metáforas descriptivas para cada uno. Los engranes creativos comienzan a girar en nuestro cerebro. La forma en que interactuamos con la comida, al prestar atención a sus cualidades sensoriales y asociarlas con otros aspectos de nuestra experiencia, puede influir positivamente en nuestra capacidad inventiva.
La creatividad se estimula, dicen, cuando las personas se sienten felices, esto incluye estar relajado o emocionado.
Los autores también argumentaron a favor de comer alimentos que realmente se disfruten. La creatividad se estimula, dicen, cuando las personas se sienten felices, esto incluye estar relajado o emocionado. Entonces, cito una frase de la autora Marie Kondo, “considera alimentos que te llenen de alegría cuando los comes”. Tal vez sea la famosa lasaña de tu pareja (que incluso mejora al día siguiente como recalentado), un burrito de tu puesto de comida favorito o una colorida gran ensalada. Comer algo delicioso y tomarse el tiempo para apreciarlo puede preparar al cerebro para trabajar. Mejor aún, ciertos alimentos pueden realmente potenciar el poder del cerebro.
Nutrición que agudiza la mente
La primera regla para elegir comidas que motiven el pensamiento agudo es definirlas con anticipación, elegirlas antes de que mueras de hambre. Varios estudios dejan claro que los humanos son mucho mejores resistiendo la sal, las calorías y la grasa en el futuro que en el presente.
La glucosa, un tipo de azúcar, es la principal fuente de energía para las células del cuerpo, y vale la pena tener en cuenta que las células cerebrales son las que usan la mayor cantidad de energía. Pero cuando se trata de glucosa, no todos los alimentos son iguales; algunos la liberan rápidamente, lo que lleva a un aumento repentino de energía pero también a una caída igualmente rápida. Los miembros de esta familia de “carbohidratos simples” incluyen pizza, pasta, pan y bebidas azucaradas. Otros, denominados “alimentos de carbohidratos lentos”, liberan glucosa gradualmente, entre ellos, verduras con almidón (papa, calabaza, betabel), granos enteros, frijoles y legumbres.
Otros alimentos están relacionados con la memoria y la cognición. Una investigación publicada en una edición de 2014 del Journal of Psychiatric Research reveló que el aminoácido tirosina (el precursor de la hormona para “sentirse bien”, la dopamina) mejora el rendimiento cognitivo, especialmente en situaciones estresantes a corto plazo o cognitivamente exigentes. Así es que ten siempre a la mano algas marinas, plátanos y almendras. Otra investigación indicó que la grasa omega-3 de origen vegetal, el ácido alfa-linolénico, que es abundante en nueces y linaza, también mejora la memoria y la cognición, al igual que los antioxidantes en los arándanos. Los alimentos ricos en colina y ácido fólico, como los huevos, están relacionados con un mejor rendimiento cognitivo y memoria. Un estudio de 2014 publicado en el British Journal for Health Psychiatry encontró que los adultos jóvenes que comían más frutas y verduras reportaban un mayor bienestar, sentimientos más intensos de curiosidad y mayor creatividad.
La mala noticia es que, en el mundo real, no siempre tenemos tiempo para preparar comidas equilibradas, pero resulta muy fácil complementar lo que estás comiendo con opciones ricas en nutrientes. Si tengo pizza para el almuerzo, por ejemplo, agregaré un puñado de almendras como refrigerio. Si hay un bagel para el desayuno, más tarde agregaré algunas chips de algas marinas con aceite de oliva. El objetivo es el equilibrio. También programo los pedidos para mi lunch con anticipación. De esa manera, cuando mi estómago gruñe, ya tengo unas frutas deshidratadas que estimulan mi cerebro en lugar de una bolsa de M&M’s.
Como CEO de Jotform y autor de un libro sobre automatización, comprendo la tendencia a optimizar tantas tareas como sea posible. Si quiero tener tiempo para “las cosas importantes” y dedicar más horas a mi familia, algo tengo que sacrificar. Pero también creo en los beneficios tangibles e intangibles de pensar en lo que como; preferiría invertir tiempo en identificar y automatizar actividades rutinarias que sacrificar un almuerzo con mis colegas o amigos. Si eres lo que comes, después de todo, ¿no sería sumamente sabio hacer que esa comida sea de alta calidad, placentera y que fomente la creatividad?